sábado, 31 de agosto de 2013

Como para coger impulso

Desde hace muchos años, en el horizonte, veía una tesis doctoral. Me gustaría poder hablar con la persona que tuvo la idea de meterse en esto y alertarle de las crisis económicas, de la falta de becas... en resumidas cuentas, de la dificultad de meterse en el proyecto de una tesis doctoral. Pero se supone que esa persona (yo, hace 5 años) tenía clara una cosa: Le daba igual si ganaba más o menos dinero, si tenía que pasar por más o menos penurias, lo que le importaba era la vocación. Era un idealista. También era un rematado gilipollas.


Existen varias cosas que mucha gente mira antes de plantearse si meterse o no en una tesis doctoral: ¿servirá para algo? ¿Me ayudará a obtener trabajo? ¿Podre sobrevivir?. Cosas que cualquier persona con capacidad de predicción sopesa antes de decidirse. Pero un idealista (y rematadamente gil....)  no piensa en eso, solo piensa: Quiero ser doctor.

Así están las aulas cuando doy una charla sobre mi tesis. Eso anima. Mucho.

Es cierto que uno echa la cuenta de más o menos cuando la terminara y la edad que tendrá cuando la presentará. Y si recuerdo un comentario que hice: "que no pase del 2011 que tendré 30 años!!!". Ya estamos en 2013. Es tal vez el problema de no sopesar todas esas variables. Durante los últimos años me he dedicado, cuando los trabajos basura lo permitían, a evaluar a decenas y decenas de personas mayores, a evaluar su estado cognitivo, a pasar pruebas neuropsicólogicas... Mucha gente que evaluaba por las tardes en un despacho, me la encontraba como dependiente al día siguiente... era difícil. Pero seguíamos acumulando datos.


La ostia va a ser gorda...


En algunos momentos yo no podía ni evaluar, y tenían que ser otros compañeros, a los cuales coordinaba desde un almacén de ropa a escondidas los que evaluaran por mi. Gracias a todos ellos seguían acumulándose datos.  4 o 5 años de recogida de datos. Meses leyendo artículos en el mostrador de un Sex Shop donde trabajaba... mucho esfuerzo. Y esa persona idealista, volvió a mirarse en el espejo  y vio que ya no era tan idealista, vio que el día a día, el mundo que le rodeaba le había ido convirtiendo en alguien realista. Y alguien realista, sabe que a día de hoy, la ciencia no da para comer. 



Con un montón de datos en cajas y un montón de artículos que leer para lograr algo que no le aseguraba trabajo, que no le aseguraba un futuro mejor, que podría perfectamente no servir para nada. Ser doctor... Solo académicamente hablando, sin grupo de investigación con quien compartir y confrontar lo que aprendía, siendo una sombra que aparecía por una facultad ahogada por recortes de personal, siendo un ente atípico, tenía que tirar hacia adelante con algo en lo que había dejado de creer.

El camino no es de baldosas amarillas



Y en esa soledad, casi cuando estaba a punto de tirar la toalla,  abrió un blog. Tal vez para que ese idealista tomara impulso y saliera del fondo del pozo en el que estaba metido, tal vez para demostrarse a si mismo, que no era tan rematadamente estúpido.


Becoming a doctor. 


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